El proceso de creación de Move: cómo creamos nuestra nueva bocina portátil preparada para exteriores
Jamie Hu
Escritor invitado
Conozcamos a Camille Zaba, ingeniera mecánica de Sonos y miembro del grupo de ingenieros que ayudaron a diseñar y a probar Sonos Move, y descubramos el riguroso proceso de pruebas al que sometió a la bocina su equipo para garantizar su durabilidad en la vida fuera del laboratorio.
Ver cómo una bocina se sumerge en agua, se calienta en un horno, se congela en un refrigerador, recibe una descarga eléctrica y se deja caer de una mesa es suficiente para sorprender casi a cualquiera. Sin embargo, la experiencia es totalmente distinta para alguien que ayudó a que Move se convirtiera en realidad.
Esta es Camille Zaba, la cara y la voz de la serie de videos que destaca las rigurosas pruebas que atravesó Move, y uno de los miembros fundamentales del equipo de ingenieros mecánicos que trabajaron en Move.
Antes de llegar a los laboratorios de Sonos, Zaba era una estudiante que se encontraba en una encrucijada entre dos de sus más grandes pasiones: la música y desarmar cosas. Finalmente decidió seguir la carrera de ingeniería mecánica. Luego de años de trabajar en telecomunicaciones, encontró empleo en Sonos, donde pudo combinar ambos intereses.
Para la mayoría de las personas, existe cierto misticismo en torno a la ingeniería mecánica, quizá como efecto secundario del nombre. Sin embargo, Zaba insiste en que esta disciplina está en todos lados; desde los empaques de artículos cotidianos hasta los materiales con que están hechos nuestros electrodomésticos. Y no es la profesión de una sola mente genial; se necesita que muchas cabezas trabajen juntas y lleguen a un acuerdo.
“Si el equipo de acústica pudiera hacer las cosas a su manera sin pensar en nadie más, probablemente Move resultaría demasiado grande para el equipo de diseño industrial”, explica Zaba. “Si el equipo de ingeniería mecánica pudiera hacer las cosas a su manera sin pensar en nadie más, probablemente Move se vería como una caja blindada y reforzada, que tendría un desempeño increíble en nuestras pruebas, pero que dejaría horrorizado al equipo de diseño. Por eso es necesario que todos esos equipos colaboren y se controlen mutuamente”.
Para el equipo de Zaba, el trabajo implica mucho más que la experimentación metódica y el registro meticuloso de resultados en hojas de cálculo. No todas las eventualidades pueden planificarse. De hecho, Zaba valora su trabajo como ingeniera mecánica precisamente porque le permite ser creativa, adaptándose a nuevos descubrimientos y desafíos técnicos que surgen del proceso de desarrollo. Un buen ejemplo de esto es su principal logro en el diseño de Move, que le ayuda a sobresalir en la prueba de caídas.
En los primeros días de desarrollo, el equipo de Zaba había estado probando la durabilidad de los woofers que ya existían en Play:5 a través de exhaustivas pruebas y simulaciones de caídas, para evaluar si el diseño tradicional de la cesta de acero separada de los woofers sobreviviría a los requerimientos de Move. Descubrieron que la cesta de acero que rodea el woofer de Play:5 (la parte de la bocina que produce los graves) se deformaba durante la mayoría de las caídas por el simple peso del imán interno.
Después de este descubrimiento, el equipo de ingeniería mecánica rediseñó sistemáticamente la cesta del woofer de Move, integrándola al gabinete de Move como una sola pieza. (Tradicionalmente, la cesta es un componente separado).
Tras crear decenas de modelos en 3D y prácticamente la misma cantidad de propuestas, planos y prototipos, crearon una cesta para el woofer con nervaduras anchas y un 40 por ciento de composición de vidrio, capaz de resistir un impresionante incremento de fuerza.
“Sin importar qué tanta fuerza le aplicamos, no pudimos romper la nueva cesta del woofer”.
“Tenemos una Instron, una máquina que mide la relación fuerza-desplazamiento”, agrega Zaba. “Básicamente evalúa cuánto se necesita para romper algo, y sin importar qué tanta fuerza le aplicamos, no pudimos romper la nueva cesta del woofer”.
Más adelante, el equipo descubrió que la cesta original que habían sometido a pruebas era una anomalía, con una composición de materiales totalmente distinta, pero el nuevo prototipo diseñado para Move resultó ser tan resistente que nadie dudó si debía incluirse o no en el producto final.
“Cualquier ingeniero podría mirarlo y pensar ‘Guau, esto es un exceso de diseño’. Pero nosotros sabíamos que estábamos haciendo lo correcto”, explica Zaba. “Nunca he visto que se rompa, bajo ninguna circunstancia. Jamás”.
Llegamos ahora al presente, y Move está lista para que los usuarios la lleven a casa y a donde sea que vayan. No solamente tiene la resistencia que imaginó Zaba y su equipo, sino que además es resistente al clima e inmune al polvo, como se puede ver en la serie de videos Check 1,2. Y además de todas estas características, Move equilibra las exigencias del equipo de acústica con un entorno sonoro increíblemente amplio, detallado e intenso, sin dejar de cumplir con los criterios establecidos por el equipo de diseño industrial.
Crear una bocina con sonido brillante nunca es tan sencillo como suena, y en este caso eso es literal. Detrás de cada fragmento de 15 segundos de alta definición hay un mundo de diseño y pruebas, además de un equipo dedicado.
“Trabajamos en conjunto durante meses, jugando con las diferentes piezas e intentando armonizar el diseño, la acústica, el software e inclusive el empaque”.
“Los cinco ingenieros mecánicos trabajamos con todos los equipos multidisciplinarios para que Move pasara de ser un caparazón relleno a convertirse en esta bocina de alta resistencia y sonido increíble”, indica Zaba, elogiando a sus colaboradores. “No solo eso, sino que además diseñamos sus piezas. Necesitábamos una carcasa que no existía. Así que nos aseguramos de crearla”.
Para Zaba, ayudar a diseñar una bocina cuya resistencia a los imprevistos de la vida es tan increíble como su sonido es casi surrealista. “No cualquiera logra combinar sus más grandes pasiones”, dice rebosante de agradecimiento. “Crear Move fue casi como escribir una canción. “Trabajamos en conjunto durante meses, jugando con las diferentes piezas e intentando armonizar el diseño, la acústica, el software e inclusive el empaque”. Y cuando todo eso encaja, simplemente es música”.