En el apartamento de Brooklyn de Hassan Rahim nos encontramos un espacio zen repleto de colecciones y piezas únicas que le impulsan a seguir trabajando, le inspiran y le relajan. El artista y diseñador canaliza en su trabajo todas esas cosas tan distintivas e importantes que le interesaban de pequeño y que contextualizan y reflejan su propia naturaleza. Rahim nos habló de cómo se abrió camino en el mundo del diseño, de lo que le inspira y de su trabajo en la industria de la música.

Háblanos de ti y de tu trabajo.

Me llamo Hassan Rahim. Soy artista, pero no me gusta definirme con un solo término. A veces me considero artista y diseñador gráfico, otras director artístico y diseñador. Me crie en Santa Ana, California, viví en Los Ángeles y me mudé a Brooklyn (Nueva York) hace seis años. Me gusta centrar mi trabajo en la versatilidad. Me atraen los proyectos con conceptos e ideas que emplean distintos medios de expresión. Por ejemplo, me gusta dirigir vídeos, diseñar logotipos y realizar mis propios grabados o collage. Suelo improvisar un poco, y lo llevo haciendo desde que me instalé Photoshop por primera vez a los 15 años.

Eres autodidacta. Siendo así, ¿cómo llegaste al mundo del diseño?

Mis andanzas en este mundillo empezaron practicando skateboard. Me gustaba el skate, pero lo que de verdad me volvía loco eran los gráficos, las revistas, las ilustraciones y los anuncios relacionados con este deporte. Eso fue lo que me cautivó realmente y decidí que yo también quería hacerlo. Quería hacer mis propias insignias y camisetas, y tenía curiosidad sobre el proceso. Me preguntaba cómo se hacían e intentaba recrearlas. Y, a partir de ahí, aprendí las distintas técnicas y desarrollé herramientas para comenzar a usar mi propia imaginación.

Comenzaste por las camisetas. Cuéntanos más sobre ello.

Cuando tenía 15 años publicaba en Myspace fotos de las camisetas que iba creando. Hubo gente que vio mi trabajo y me pidió que hiciera camisetas para su propia marca. Así que, gracias al skate, conocí a personas que trabajaban para marcas como Obey y Diamond Supply Co., que también me pidieron que les hiciera camisetas.

En tus trabajos utilizas mucho el collage. ¿Qué te inspiró a usar esta técnica?

Es un reflejo del modo en que mi cerebro relacionaba las cosas. Yo mismo estoy formado por todos esos trocitos y momentos que me inspiran del resto de las personas. Todos esos fragmentos, frases inolvidables y anécdotas que me cuentan los demás… La mezcla de todos ellos forman lo que soy. Además, la forma en la que personas como Madlib o J Dilla componen música fue una gran fuente de inspiración porque hacen samples, los cortan, los pegan y los recortan. Ver cómo componían me inspiró mucho. Me di cuenta de que mi trabajo era la versión visual de ese proceso, porque mi cerebro unía fragmentos de la misma manera.

«Ver cómo componían me inspiró mucho. Me di cuenta de que mi trabajo era la versión visual de ese proceso, porque mi cerebro unía fragmentos de la misma manera».

Cuando piensas en diseccionar esos aspectos de la música y trasladarlos de algún modo al mundo del arte, ¿sueles usar la música como inspiración para tu trabajo?

El proceso que uso ha evolucionado. Antes escuchaba mucha música, pero ahora trato de entrar en un estado interno de meditación. Hace tiempo podía quedarme trabajando hasta las cuatro de la madrugada escuchando música disco. A medida que he ido creciendo como artista, he ido cambiando ese proceso. Con solo mirar la pantalla y comenzar a trabajar entro en un estado zen, así que el tipo de enfoque es distinto.

Suelo poner música tranquila en NTS Radio, como música zen ambiental. Así es como empiezo el día. De hecho, es mi alarma.

Entonces no nos equivocamos si decimos que para ti la música ha sido una gran fuente de inspiración.

¡Así es, al 100 %!

¿Cómo es tu espacio de trabajo?

Trabajo desde casa desde antes de la pandemia. Antes tenía un estudio, pero me di cuenta de que mi trabajo es más personal. Surge de un plano tan íntimo que me inspira más estar en mi propia casa, con mis libros, mis discos y todas mis cosas. Vivo en un apartamento de Nueva York, así que no tengo mucho espacio. El escritorio ocupa el centro de la habitación. Pero trabajar desde casa es muy agradable.

Tienes una colección de libros y discos bastante impresionante. ¿Cómo has reunido tantos?

Las colecciones simplemente llegan a tu vida. Solo que poco a poco. Es como una recopilación. Se trata de cosas que de verdad me apasionan y, cuando dejan de entusiasmarme, me deshago de ellas. Y, en cuanto a los discos, tengo varias colecciones. Tengo algunos que me gusta escuchar, otros son discos raros y otros los uso únicamente como inspiración visual. Busco en la sección de oferta para encontrar discos interesantes. Cuando era más joven lo hacía a menudo. Comencé a interesarme en el diseño gracias a esos increíbles discos de los 70 con portadas extravagantes, siempre tan conceptuales. Te hacían pensar. Hoy en día todavía compro discos por su portada en la sección de oferta porque quiero que mi colección de discos se parezca a la de libros.

«Tengo algunos que me gusta escuchar, otros son discos raros y otros los uso únicamente como inspiración visual. Busco en la sección de oferta para encontrar discos interesantes».

¿Cómo han influido en tu trabajo los lugares que has visitado o en los que has vivido?

Mi trabajo ha estado muy marcado por la época que pasé en Orange County porque fue cuando descubrí mi interés por el diseño. Entonces quería encontrar inspiración y, en esa búsqueda, llegué al mundo de internet, porque allí era donde encontraba las cosas más chulas.

A todos mis amigos les gustaba el skate y admiraban a los patinadores por cómo dominaban la tabla. Pero yo admiraba a los skaters que me parecía que tenían más estilo. Si quería saber de dónde era su ropa, los buscaba en la red.

¿Qué mantiene vivo tu interés por tu trabajo?

La variedad. Enfrentarme a nuevos retos y experiencias, y no definirme como un tipo concreto de diseñador o de artista. Dirijo películas, escribo libros, asesoro y hago exposiciones. Simplemente disfruto de lo que hago, trato de probar cosas nuevas y no me preocupa que me encasillen. Eso es lo más importante para mí.

Has trabajado como diseñador en el mundo de la música. ¿Qué has aprendido al colaborar con músicos y otros profesionales del sector?

La industria de la música me parece muy interesante. Cuando trabajas en una obra pequeña de 30x30 para este mundillo, lo primero que debes tener en cuenta son las emociones. Me acuerdo de lo que sentía cuando tenía 15 años y abría mis primeros CD. Todas esas canciones eran muy especiales para mí, así que ahora trato de recrear ese sentimiento. Quiero que los chavales de ahora sientan algo parecido. Creo que este enfoque me ha impulsado a mejorar en el campo de la iconografía. Para mí, la iconografía es importante para la música, al menos en términos de embalaje.

Aparte de la iconografía, las camisetas son otra forma de que la música siempre esté presente. Por eso el mercado de las camisetas vintage de segunda mano es tan grande. Hay pocas camisetas de grupos y son muy caras.

«En la música, lo primero que debes tener en cuenta son las emociones. Me acuerdo de lo que sentía cuando tenía 15 años y abría mis primeros CD. Todas esas canciones eran muy especiales para mí, así que ahora trato de recrear ese sentimiento».

¿Podrías dar algún consejo a los artistas emergentes o jóvenes diseñadores que puedan estar leyéndote?

Quizá sea algo muy manido, pero me gustaría decirles que sean ellos mismos y que no imiten a los diseñadores del momento. Deben ser ellos mismos al 100 %, porque eso es lo que les hará destacar sobre el resto. Y no pasa nada si aún no saben quiénes son. Eso es algo totalmente comprensible. Pero realmente creo que cuando eres tú mismo, destacas (incluso cuando piensas lo contrario).

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