Diseño

El embalaje de Roam representa una forma sofisticada de abarcar la sostenibilidad

Ed Gillett

Redactor invitado

El embalaje de Sonos Roam sienta un nuevo precedente de sostenibilidad medioambiental sin renunciar a un diseño sofisticado. Para Sonos es tan importante el planeta como la experiencia de desembalar un producto. Descubre cómo se combinaron ambas cosas.

Si bien todos conocemos el viejo dicho «no juzgues un libro por su portada», en el mundo actual esta postura ha ido perdiendo cada vez más fuerza. Lo queramos o no, el embalaje tiene un papel fundamental en nuestras vidas. Perfila el comercio internacional, influye en el modo en que usamos nuestros productos y plantea cuestiones complejas sobre el legado que estamos dejando a las futuras generaciones.

Sonos tiene muy en cuenta cada fase del embalaje de sus productos, desde crear una experiencia sencilla y divertida al abrir una caja hasta garantizar que el embalaje sea sostenible. El revolucionario sistema de embalaje que ha desarrollado y presentado con Roam ofrece una visión fascinante del modo en que se entrelazan estos complejos hilos.

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Michelle Enright, directora de diseño de embalaje, lidera el equipo de embalaje de Sonos desde 2012. El lanzamiento de Roam representa la culminación de años de trabajo incansable para perfeccionar el diseño, los materiales y los procesos de fabricación. Para Michelle, crear un embalaje agradable al tacto y a la vista va de la mano con reducir la huella medioambiental de Sonos. «Queríamos que abrir la caja fuese como abrir un regalo», declara. «Pero la belleza del embalaje de Roam está en que no hemos tenido que sacrificar otros elementos clave para conseguirlo. Con solo compensar estratégicamente algunas cosas, hemos podido lograr lo que siempre hemos soñado».

«Todos nuestros diseños están ideados teniendo en cuenta la sostenibilidad», explica. «Cuando me uní a Sonos, teníamos un producto cuyo embalaje era de pasta de papel, en lugar de otros materiales menos sostenibles. Aquello sentó un precedente. Ya lo habíamos hecho una vez y había funcionado, así que sabíamos que podíamos dar un paso más».

«Con Roam, queríamos subir el listón y conseguir que el embalaje estuviera hecho de papel en la mayor medida posible. Nos centramos en el papel sin recubrimiento como material principal durante la conceptualización, de ahí avanzamos a experimentar con tratamientos superficiales, después pasamos a las simulaciones generadas por ordenador y, finalmente, a trabajar con nuestros proveedores para llevarlo todo a la realidad».

En la fase conceptual no se pensaba solo en el material con el que fabricar el embalaje de Sonos, sino también en lo que debía transmitir. «Analizamos otros embalajes de la industria tecnológica y nos topamos con un montón de tonos monótonos en blanco y negro», narra Michelle. «Con el diseño visual de Roam, queríamos alejarnos de esa tendencia. Queríamos hacer algo con lo que se nos distinguiera claramente. Pero siempre concebimos nuestros embalajes como miembros de una familia, así que el embalaje de Roam también debía armonizar con el de nuestros productos existentes», añade.

Michelle y su equipo se propusieron crear un diseño que identificara a Sonos sin dejar de ser una evolución natural de su imagen corporativa previa, algo que representase la calidad prémium que caracteriza a Sonos al tiempo que redujese significativamente la huella medioambiental. Parte de lo que hace tan especial al embalaje de Roam es el equilibrio que el equipo halló entre todos estos objetivos potencialmente incompatibles.

«Desde el principio, queríamos encontrar un papel que no tuviéramos que laminar», comenta Michelle. «La mayoría de los embalajes que encontramos en las tiendas tienen un recubrimiento de plástico que evita rayones y huellas, pero también hace que esos materiales sean mucho menos reciclables. Probamos diversos papeles del mercado, pero finalmente nos decidimos por crear uno propio, trabajando directamente con una fábrica de papel. Desarrollamos todos y cada uno de los aspectos, como el color, la tersura y la forma en que el papel se pliega en las esquinas».

Este proceso suponía conocer el modo en que las características físicas de este papel hecho a medida afectaban a otros aspectos del diseño. «Uno de los desafíos que plantean estos tipos de papel sin recubrimiento es que cada uno reacciona de una forma distinta a la tinta. Así que el sistema visual que creásemos debía satisfacer las necesidades específicas de este nuevo papel», explica Michelle. Nos muestra una lámina enorme con diversos diseños, colores de tinta, tipos de fuentes y logotipos, que pone de relieve el proceso exhaustivo que tuvo que emprender su equipo para adaptar la identidad visual de Roam a los materiales.

«El papel de estraza sin recubrimiento no suele considerarse prémium, pero queríamos cambiar esa idea y crear una experiencia tangible para nuestros clientes, así que usamos un sello de aluminio para grabar relieves y bajorrelieves en la caja», explica Michelle. «Son ese tipo de cosas, junto con la sensación del papel, el color, el acabado, el tratamiento y los gráficos, las que le dan ese aire sofisticado al producto. Si uno de esos aspectos no hubiera encajado, nada habría funcionado».

Esa sensación de calidad se debe en gran medida al trabajo de Michelle. Su equipo dedica horas y horas a pensar el lugar en el que un cliente entrará en contacto por primera vez con la caja al levantarla de un estante o el orden en que desembalará el contenido.

Esta atención al detalle se hace más evidente que nunca cuando se trata de la huella medioambiental. El equipo de Michelle consiguió fabricar la caja de Roam con papel de origen 100 % sostenible (incluso la parte superior está elaborada con fibras de papel), ya que se negaron por completo a utilizar espuma de plástico, una sustancia mucho menos respetuosa con el medioambiente. «Nunca consideramos la opción de usar espuma para Roam», afirma Michelle. Aunque el plástico era la única opción viable (como en la bolsa del producto) para los elementos más pequeños del interior de la caja, el sistema de embalaje global sigue teniendo un contenido de papel del 96,5 %. Un logro nada desdeñable frente al objetivo inicial establecido en un 85 %.

En cuanto a las implicaciones reales una vez que Roam comience a distribuirse por todo el mundo, el equipo de Michelle ya ha hecho cálculos y estima que al aplicar su embalaje rediseñado en toda la cartera de productos, habrá eliminado 62 000 kilos de plástico de la cadena de suministro de Sonos para finales de 2021.

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Deji Olukotun, jefe de Política y Responsabilidad Social Corporativa, está enormemente orgulloso de lo que han logrado Michelle y su equipo. Considera que la reducción de plástico del embalaje es un aspecto fundamental del compromiso global que tiene Sonos con el impacto social. «El embalaje es un aspecto en el que hemos logrado avanzar mucho. No solo es fantástico poder sentar un precedente con Roam y celebrar el trabajo de Michelle y su equipo, sino que también demuestra la madurez de la industria del embalaje.»

Cuando el equipo de Michelle finaliza un diseño, no estamos ante el final del proceso, sino ante un nuevo conjunto de posibilidades. Deji explica que frecuentemente parten de diseños antiguos y los perfeccionan. Incluso algo tan simple como reducir el tamaño de una caja utilizada para embalar un producto antiguo puede permitirnos colocar más cajas en un palé o en un contenedor de transporte, lo que reduce su huella de carbono total.

La influencia del embalaje de Roam se extiende mucho más allá de Sonos, desde la puesta en común de datos sobre reciclaje con investigadores científicos hasta la solicitud de licencia de uso de marca del Consejo de Administración Forestal, con el objetivo de que los productos Sonos lleven la marca FSC para finales de 2021. «Eso es muy importante porque indica que nuestro trabajo de embalaje no es pura fachada», afirma Deji. «Nuestra responsabilidad medioambiental cuenta con el respeto de la industria del embalaje y el de los defensores de la sostenibilidad, lo que nos ayuda a dejar el listón aún más alto para el futuro».

En el fondo, el futuro es lo que importa. La labor realizada por Michelle, Deji y su equipo no se limita a garantizar que los productos satisfagan las necesidades de los clientes hoy, sino también a preservar el futuro de todos. Ante la pregunta de qué es lo que la motiva, Michelle reflexiona: «La mayor satisfacción para nuestro equipo es saber que alguien abrirá esa caja y se enamorará del producto. No obstante, como madre, también me preocupa el futuro de nuestro planeta. Al final, lo que cuenta es tener la certeza de que estamos trayendo al mundo cosas buenas».

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